0000-00-00 – Fiestas de San Miguel. Gigantes en la Plaza de España.

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Fotografía de principios de los años 1950s, ya que sólo están dos parejas de gigantes y fue hacia 1955 cuando se adquirió una tercera pareja.
Según cuenta Jesús Gil Catalán, en los años 1940, en los locales de Acción Católica, Eugenio Catalán Sánchez “Fraile” y Jesús Gil Gurucharri “Perenilla” ayudados por un grupo de jóvenes, prepararon para el Ayuntamiento dos gigantes y dos cabezudos. Los dos gigantes pueden ser los europeos de la fotografía.

Se observan las pancartas de tres Peñas o Cuadrillas, una lleva publicidad de “El Siglo XX”, de Sastrería Liroz.

En la fotografía se observa la hornacina de la Virgen del Villar en la casa de Catalán, “C. (Cecilio) CATALAN – AUTOMÓVILES DE ALQUILER”. Esta hornacina se engalana siempre con motivo de la festividad de la Virgen.
Se inauguró una nueva hornacina el 26 de agosto de 1965, único año en que se modifico la fecha de celebración de las fiestas patronales, que ese año fueron del 26 de Agosto al 2 de Septiembre.

En esta plaza, se prepara la típica y tradicional hoguera en la víspera de la festividad de la Virgen del Villar. Se trataba de una gran celebración en la que te dejaban estar por la calle hasta más tarde de las 10 de la noche.
En las brasas de esta hoguera, dependiendo de las épocas, se asaban patatas, ajos, cebollas frescas, chorizo, salchicha, huevos y costillas tanto de cordero como de cerdo, tostadas de ajo “turradas” y en definitiva, cualquier alimento que requiere o mejora su calidad culinaria con el asado.

El balcón de la Mutual Católico Obrera se observa que está a rebosar. Esta sociedad se fundó el 11 de enero de 1918, siendo sus fines la unión y caridad cristianas entre los socios para la defensa de sus intereses y socorrer a los mismos al quedar temporalmente imposibilitados para el trabajo. En su organización intervinieron activamente el párroco Serafín Gimeno, los coadjutores Manuel Mª Armendáriz y Bernardo Catalán y la excelente persona destacada por su bondad, Fermín Arteta y Goñi.

La Mutual Católico Obrera atravesó años de mayor o menor esplendor económico, pero pronto se hizo con domicilio social propio. En la calle Tajadas, también en edificios adquiridos en propiedad, dispuso de tahona, suministrando pan a sus socios. Estos inmuebles fueron cedidos a Blas Bozal Ochoa “Cardonero” a cuenta de vino, que era consumido en el establecimiento taberna del que siempre dispuso en el domicilio social sito en la Plaza de España número 5.

El 6 de diciembre de 1950 quedó transformada en cooperativa, manteniendo sus anteriores características y fines, adquiriendo nuevo auge para un nivel económico más floreciente. Venta de abonos, semillas, herramientas y todo cuanto tiene relación con el agricultor, se podía lograr a través de la Cooperativa.