Alberto Azcona Moreno “Tapia” recibiendo el Sacramento, administrado por el Arzobispo de
Pamplona, Monseñor Enrique Delgado Gómez, siendo padrino Félix Armendáriz Virto.
Miguel López Mellado “Bizcochero”, esperando su turno.
La administración de la Confirmación, declarado sacramento por el concilio de Trento, era y es de menor relevancia social, que otros sacramentos, a pesar de que, en el aspecto religioso, contaba con la presencia del obispo o arzobispo que era quien lo administraba. Actuaban de padrinos los Maestros y Maestras de las Escuelas Nacionales o Públicas. No existía una celebración específica familiar.
Corella, en su época reciente, ha pertenecido a dos diócesis distintas. Inicialmente perteneció a la diócesis de Tarazona y posteriormente a la archidiócesis de Pamplona y Tudela. Para administrar el sacramento de la Confirmación se desplazaba a Corella el Obispo de Tarazona y a raíz del cambio, el Arzobispo de Pamplona.
Fue el año 1955 cuando se produjo la incorporación a la diócesis de Pamplona de 35 parroquias navarras procedentes de las diócesis de Tarazona, Calatayud y Zaragoza. Entre estas parroquias se encontraban las de Corella. En 1984, se unieron definitivamente.
Desde aquel momento creo que quedó sin efecto la frase popular que decíamos “El Obispo de Tarazona, para que te acuerdes, toma”, en alusión a la ligera palmada que te daba en la cara el oficiante religioso, en la ceremonia del acto de la Confirmación. Aunque la frase también rimaría con “El Obispo de Pamplona….”.
En realidad el Oficiante decía: “Recibe, por esta señal, el don del Espíritu Santo”, “Amén” y te hacía la señal de la Cruz en la frente, con el santo óleo (aceite).
En agosto de 1956, fue elevada la diócesis pamplonesa a metropolitana, siendo su primer Arzobispo Monseñor Enrique Delgado Gómez, que ya era su Obispo desde 1947.