La torre, artísticamente, era un cubo de ladrillo y estaba rematada en un último cuerpo en forma de templete que, como era el único motivo ornamental con alguna significación artística, se tuvo muy presente en el trazado y modelo de la nueva torre, aunque más enriquecido artísticamente.
Se comenzó a levantar en 1537 y en dos ocasiones ya se tuvo que realizar alguna obra de afianzamiento y corrección, pues su parte superior tomaba una peligrosa inclinación.