Después de los lances de recibo, se ejecutará el tercio de varas, suerte donde se prueba la bravura del animal, lo descongestiona y el castigo suaviza y ahorma su cuello y su embestida.
Se continuará con el tercio de banderillas o segundo tercio, suerte donde se exalta el temperamento del animal, disminuido por el tercio anterior. Las banderillas serán colocadas por los subalternos o por el propio matador.