Los corellanos ya estamos acostumbrados tradicionalmente a ver a estos penitentes, pero impresiona tanto el ruido producido por las cadenas en su rodar por el pavimento, como el esfuerzo realizado por algún penitente arrastrando grandes cadenas.
La Hermandad de la Pasión adquirió unas tobilleras de cuero para que los penitentes no se lastimen los pies y varios miembros les asisten en todo momento, desde antes de la salida hasta su finalización, quedando garantizado el secreto de la identidad de los penitentes.
Los miembros de la Hermandad, ayudan a los penitentes en la búsqueda del equilibrio entre el peso de las cadenas y su configuración personal, especialmente si se trata de mujeres, con el fin de que se realice un esfuerzo, pero no se haga insoportable o lesivo.