(Viendo la Procesión, sentados a la izquierda, entre otros, Isabel Arellano Catalán “Carmelilla” y “Minguilla”, y su esposo Ramón Muruzábal, Secretario del Ayuntamiento de Arguedas)
Después del paso de la entrada en Jerusalén, desfilan los apóstoles, los doce originales, más los nombrados posteriormente: Pedro, Andrés, Santiago el Mayor, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el Menor, Simón Cananeo, Judas Tadeo, Judas Iscariote, más Matías y Pablo.
Cada uno lleva su símbolo acreditativo: San Pedro, las llaves; Andrés, una cruz en aspa; Santiago el Mayor, una concha de vieira y una calabaza; Juan, un libro; Felipe, una cruz; Bartolomé, un cuchillo; Mateo, libro o figura humana; Tomás, una lanza; Santiago el Menor, una sierra; Simón Cananeo, peces y libro; Judas Tadeo, un hacha; Judas Iscariote, una bolsa con monedas, ya que era como el administrador del grupo (entiendo que esta bolsa nada tiene que ver con la traición a Jesús por 30 denarios o monedas de plata) y San Matías que, suele portar un hacha, pero que en Corella se le representa con una torre, en recuerdo del suceso ocurrido la noche del 24 de febrero de 1633, en que se hundió la torre de San Miguel. El Cabildo, atribuyendo al santo del día, el milagro de no haberse originado una catástrofe, encomendó la custodia de la construcción y conservación de la nueva torre a San Matías. De ahí la frase que anteriormente se decía: “San Matías guarda la torre”.
Se desconoce si esta torre es copia de la desplomada o si se trata de la que años después se rehízo y duró hasta que en 1720 se construyeron las dos, cuyo emplazamiento se fijó a cada lado de la puerta principal.
