En esta edificación estaban ubicados los vestuarios de los equipos de fútbol del C.D. Corellano, la vivienda del Conserje y varias salas de juegos y otros entretenimientos para los jóvenes corellanos, aunque su uso era restringido.
A su cargo estaba como conserje Hilario Armendáriz Díaz “Cestero” que vivía en el edificio con su esposa Nieves y sus hijos Pili y Manolo.
Todos los lunes las camisetas del equipo estaban tendidas para el siguiente partido, Nieves las había lavado.
Hilario también colaboraba en las labores de utillero del equipo.