Comparece Francisco de Muro, maestro albañil, vecino de esta Ciudad y mediante juramento que ha ido a ver y reconoce la fábrica (obra) que hacen las Monjas de la Encarnación, Benitas, de esta Ciudad, hacia la parte de Cañete, declara que no se le sigue ningún perjuicio a esta Ciudad. (Las páginas 30 vuelta, 31 y 31 vuelta, están en blanco)