El despeje de la plaza viene ya de hace varios siglos, cuando los espectáculos con toros se realizaban en plazas públicas y era la autoridad la que tenía la responsabilidad de apartar al público, antes de dar comienzo el espectáculo.
En este último siglo, los alguacilillos simulan el despeje, abren el paseíllo, transmiten las órdenes de la presidencia y realizan la entrega de los trofeos a los matadores.
