Las crecidas eran frecuentes y el cauce se iba ensanchando, ya que el río en sus avenidas se apropiaba de fincas de sus orillas, arrastrando la tierra de cultivo y dejando suelos llenos de cascajo y a ras del cauce, resultando imposible su recuperación como tierra de labor, ya que el esfuerzo realizado quedaba supeditado a las características de la próxima riada.
20626 – Observando la riada del río Alhama. Todavía está sin canalizar el cauce.