Con motivo de esta celebración, la Virgen del Villar fue trasladada en procesión desde su Santuario hasta la Plaza de los Fueros, paseándose por las calles de su fervorosa Corella, siendo recibida oficialmente por las autoridades locales en la Plaza de España.
En la Plaza de los Fueros, se celebró una solemne misa y acto religioso, con participación de niñas y niños que ese año recibieron la Primera Comunión, autoridades civiles y religiosas, así como los corellanos y corellanas en una gran concurrencia.
