En las peluquerías de caballeros eran frecuentes las tertulias en las que se abordaban los temas más relevantes y de actualidad, estando al corriente de lo que sucedía en la ciudad. Se hablaba de “lo divino y lo humano”.
El fútbol nacional y local, con sus particulares e individuales alineaciones de jugadores era uno de los fundamentales; no faltando relatos y noticias de caza y pesca.
En la peluquería de Antonio Garito, en la Plaza de España, se recogían encargos para que acudiese el practicante Baldomero Bella, ya que vivía en las “Casas nuevas”, facilitando, de este modo, las gestiones.
