De izda. a dcha.: Bar “El Piqui”, casa de los Allué, conocida en los años 1900s como “Casa Matona”, calle Pascual Pérez Oñate, “Imprenta Catalán” y casa de los Virto de Vera.
La bajera principal de calle Allué se encuentra vacía, el café “La Amistad” ya no está. La bajera que hace esquina con calle Santa Marta estaba destinada a punto de partida y llegada de autobuses de línea regular como Automóviles “El Arga” (existía en 1930), posteriormente “CONDA, S.A.” y “Automóviles del Río Alhama”. En la bajera estaba ubicada la consigna, regentada por Sabino Gil “Negrillo” y su familia.
En el bar de los “Piquis” se llegó a organizar un casino, así lo indica el letrero exterior, funcionando en esta situación durante varios años.
Puesto que ya existía un casino, llamado de los “Ricos”, a este segundo se le denominó casino de los “Pobres”; cosas de la época.
El casino denominado de los “Ricos” estaba ubicado en casa de los Virto de Vera, correspondiente al número 8 de la Plaza de los Fueros. Disponía de un gran salón en planta primera y una espléndida terraza con vistas al Crucero y a la Avda. de M. Escudero, locales cedidos a dicha sociedad en régimen de arrendamiento por los propietarios de dicho edificio. La entrada habitual era por la Plaza de los Fueros, pero durante varios años, se practicó un acceso por el Crucero, instalándose una barra de cafetería y adecuando un salón con ventanales a las ya citadas calles.
Antaño, la constitución de los casinos tenía como objetivo la agrupación y a su vez separación de las distintas clases sociales existentes en los pueblos. La clase socialmente alta “pudientes”, se agrupaban para sus divertimientos y organizaban sus sociedades de ocio.
En plan anecdótico, comentar que, las personas mayores de la “clase alta”, habituales a diario del casino, eran más austeros y menos propensos a gastar y al final no se cubrían los gastos generales que se generaban en dichas sociedades. Ahí es donde se abría la puerta a los de clase “no tan alta”, porque además de considerar un honor formar parte de esas sociedades, no escatimaban en gastos ni en representar que pertenecían al casino, era el complemento apropiado para sufragar y equilibrar los presupuestos de gastos e ingresos anuales.
Ya hace bastantes años que la sociedad no clasifica con tanto rigor a sus miembros, ni priman esos objetivos ni prioridades de entonces; bueno existen otros, ¡Que no tenemos arreglo!
Los casinos estaban situados uno enfrente del otro; llegaron a estar enfrentados a nivel arquitectónico.
El aparato del surtidor de gasolina todavía no se ha retirado aunque creo que ya no funcionaba, se mantuvo durante varios años aun estando fuera de servicio.
