Esta casa solariega es una construcción barroca erigida en el siglo XVII por la noble familia de los Sada y reformada en el siglo XVIII siendo ya propiedad de los Aguado, asombrosa familia de banqueros.
Los Aguado, Roque Aguado y Delgado y sus hermanos Antonio y Fernando, compraron en 1757 la casa en ruinas del gobernador en el Perú Pedro de Sada Vallés y construyeron una magnífica casa, decorando su fachada con diferentes paisajes entre los que se encontraban algunos marineros, en recuerdo y gratitud al origen de su fortuna. Por su policromía se le llamó “la casa pintada”.
De familia humilde, habían emigrado de Corella y se enriquecieron en las provincias de ultramar, merced a los negocios de la época. Antonio Aguado y Delgado (1714-1789) fue el primer Conde de Montelirios.
Realizaron regalos ostentosos a Corella, como una custodia de oro, plata y esmeraldas, unas andas para la procesión del Corpus, un gran palio con ocho varales de plata o un terno bordado en oro. Este terno se conserva en el Museo de Arte Sacro de Corella, al lado del terno de las “Calaveras”.
A estos regalos habría que añadir las verjas de plata maciza según la leyenda ya comentada anteriormente, en el apartado referido al Presbiterio y verja de la Iglesia de San Miguel.
Entre los descendientes de los Aguado hubo militares, marinos e incluso banqueros como Alejandro María Aguado y Ramírez de Esténoz, a quien el rey Fernando VII le concedió el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir en 1829, en virtud de los préstamos realizados a la corona.
El edificio presenta una disposición horizontal de tres alturas. La planta baja se halla muy modificada. La planta principal, de gran vistosidad, dispone de cuatro grandes balcones y entre dos de ellos, se sitúa el escudo de armas timbrado por corona condal. Corona el edificio un piso ático con vanos flanqueados por pilastras.