1945-00-00 – Helados “Moreno”. Los hermanos Marichu, Esteban y Sabina Moreno Arellano.

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Fecha: 1945-00-00
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A la derecha Antonio Lerchundi Arrarás, adoptado desde niño por esta Familia.
La familia Moreno–Arellano “Tapia”, han elaborado y distribuido helados, en Corella, desde hace unos 150 años.

Ya en 1870, Juliana Aliaga Jiménez, casada con Juan Moreno (originario de Cascante), figura en censo como “Horchatera”, que junto a su hijo Vicente Moreno, se dedicaban a la elaboración de refrescos, almacenando hielo y nieve para elaboración de sus productos y para suministro de hielo y nieve a enfermos, con fines medicinales (el suministro de hielo y nieve al vecindario, se adjudicaba mediante subasta municipal).
Parece que comenzó haciendo una leche con canela y agua de limón, resultando un artículo de lujo en aquellos años, productos que darían origen a los helados. Eran helados elaborados artesanalmente, sin ningún tipo de aditivos, absolutamente naturales.

En 1883, Vicente Moreno Aliaga, obtuvo autorización del Ayuntamiento para la construcción de un pozo para almacenamiento y conservación de hielo y nieve (nevera), que construyó en los Cabezos de Guarre, en las proximidades de la laguna de la “Estanca”. Pozo que creo fue utilizado por Vicente Moreno hasta el año 1905.

Los helados se elaboraban generalmente en los meses de verano, y las ventas se disparaban el día de la Virgen del Carmen, 16 de julio, día de mayor consumo de helado por los corellanos, era el día del helado por antonomasia. Aunque era producto de verano, Sabino Moreno y Eugenia Arellano, padres de Marichu, Esteban y Sabina, tres de sus hijos, solían elaborarlo en invierno, para acontecimientos y fiestas familiares.

Varios miembros de la familia intervinieron, en mayor o menor medida, en la venta de sus productos, pero fue Sabina la que más realizaba la atención al público, tanto en el propio establecimiento como en la promoción de sus helados en sus paseos por el casco urbano corellano, así como en las poblaciones cercanas de Cintruénigo, Fitero e incluso Cervera del Río Alhama.
Inicialmente en el carrito, según se puede apreciar en la fotografía, y posteriormente años 1950s, en un remolque de ruedas neumáticas, llevando dos heladeras, una con helado de mantecado y otra con helado de limón, en las tarde de verano, recorría las calles promocionando sus productos, en una innovadora y precursora operación de marketing. Sabina es una corellana popularísima, sobre todo en plena actividad de su industria, ya que sus helados de “mantecao y limón” eran los mejores del mundo; bueno, por lo menos ¡de toda la Ribera! Ha vendido helado desde los 6 años hasta el año 1962 que partió a Francia, donde ya se encontraba hacía años su hermana Marichu.

El hielo para hacer el helado se recogía, al principio, durante los meses de invierno en la “Estanca” y lo guardaban en una especia de nevera, recubierto con paja y sarmientos. En verano lo sacaban ya que todavía no fabricaba hielo artificial. Posteriormente se compraba en Tudela, lo remitían en sacos con paja. Finalmente se convirtieron en fabricantes como fueron familia Izal “Cristos” o familia Escribano “Tolos”.

La heladería estaba ubicada en la Avda. Miguel Escudero 26 desde los años 1940s, siendo un local amplio con unas bancadas de madera. También se vendía gaseosa, “de pito” en sus comienzos, acudiendo cuadrillas al local para el consumo de gaseosas. Fueron famosas las gaseosas “Beltrán” y las “Montón”.