La calle se ha engalanado para celebración de algún acontecimiento religioso, político o social.
Estos acontecimientos potenciaban la convivencia entre vecinos. Se aunaban los esfuerzos para alcanzar un resultado lo más digno posible. Se aprovechaba el acontecimiento para disfrutar de unos buenos ratos entre los vecinos e incluso servían para hacer las paces, si había existido algún roce entre ellos.
Cualquier entrada de las casas servía para reunirse a confeccionar flores de papel, cadenetas, banderines, etc. y especialmente para charlar sobre el acontecimiento que se aproximaba.
La base de los adornos se realizaba habitualmente con troncos y ramas de chopo “lombardías”, esparragueras y otras hierbas, en cuanto a elementos naturales y gratuitos.
Entre los barrios existía una sana rivalidad en la realización de estas ornamentaciones, desarrollándose una auténtica labor de equipo, recogiendo y plasmando las ideas expuestas por los vecinos. Como los medios eran escasos se agudizaba el ingenio.
Conseguido el objetivo, aquí posan vecinos de la calle de Santa Teresa, orgullosos del trabajo realizado.
El año 1956, con motivo de la coronación canónica del la Virgen del Villar, las calles se engalanaron con guirnaldas y arcos, en un gran alarde, como nunca se había conocido en Corella, como muestra de cariño de los corellanos hacia su Patrona.
