Mª Eugenia Miñano y Ramírez de Zurita, tataranieta de los fundadores de este edificio, fue con la persona que se perdió en Corella el apellido Miñano por vía masculina. Nacida en 1783, contrajo matrimonio en 1801 con Antonio Porlier y Sáenz de Asteguieta, III marqués de Bajamar, momento a partir del cual esta casa pasó a estar vinculada con el mencionado título nobiliario hasta nuestros días.
Como curiosidad, añadir que el 2 de diciembre de 1911, previa solicitud, se acordó por el Ayuntamiento conceder la vecindad a Antonio Porlier y Lasquetti, Marqués de Bajamar y comunicar esta resolución al interesado y al Ayuntamiento de Madrid, donde figuraba avecindado.
Precisamente cabe destacar que en 1997, su actual propietario Antonio de Porlier y Jarava, VIII Marqués de Bajamar, hijo de Antonio de Porlier Ugarte y María del Dulce Nombre Jarava y Aznar Ballesteros, acometió una restauración que llama la atención por su aspecto señorial y palaciego. La reforma estuvo dirigida por el arquitecto X. Hamparzoumian Montilla.
Sobre el balcón principal se ha colocado un escudo con las armas de los marqueses Porlier y Miñano, bajo una corona. Al edificio se le ha dotado de una mayor riqueza estética al incorporar ladrillo en los enmarques de balcones, en las fajas de separación de pisos y en las lesenas que organizan el frontis verticalmente, enlazando de este modo con gustos arquitectónicos del Barroco.
Respecto al interior del edificio, cabe destacar que los actuales marqueses lo han conservado con tanto cariño que realmente puede considerarse como un museo.
