La Sala Octava es la dedicada al pintor Antonio González Ruiz, nacido en Corella el 21 de julio de 1711 y que llegó a ser director de la sección de pintura de la Real Academia de Bellas Artes, pintor de cámara de su Majestad y director General de la Academia, falleciendo en Madrid el 1 de abril de 1788.
Pertenecía a una familia dedicada al arte y entró en el oficio a las órdenes de su hermanastro Matías González Mateo; su padre, Manuel González Crespo, y su tío-abuelo Francisco Crespo Cabia, fueron pintores también.
A los 15 años marchó a Madrid al estudio de Miguel Ángel Houasse y a los 21 a París, Roma y Nápoles, retornando a Madrid en 1737 donde se estableció definitivamente y se casó con Antonia Palomino Oropesa, hija del grabador Juan Bernabé Palomino y sobrina nieta del famoso pintor Antonio Acisclo Palomino.
Recibió dos premios de la Academia francesa y fue académico de mérito de la de San Carlos de Valencia y otras más, siendo autor de numerosos dibujos, alegorías, modelos para tapices e importantes pinturas.
En esta sala se pueden contemplar, entre otros, un grabado del primer cuadro alegórico de la junta preparatoria para la creación de la Academia, de su suegro Antonio Palomino, realizado sobre el cuadro pintado por González Ruiz y que se encuentra en la Academia.
Un óleo sobre tabla que representa a “Judit con la cabeza de Holofernes”, cuadro propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y cedido a este Museo. Firmado y fechado en 1771.
Copia del autorretrato, realizada en la Academia de San Fernando por su conservador señor Mostacero, que tomó como modelo el que hacia 1760 pintó Antonio González Ruiz, y que sirvió de base para el grabado que hizo su yerno Francisco Muntaner en 1786, situado en la Biblioteca Nacional.
Un óleo sobre lienzo que representa a la “Virgen del Rosario” firmado y fechado en 1779 por Antonio González Ruiz, quien lo envió de regalo a la parroquia del Rosario de su pueblo natal, Corella. Fue restaurado en 1979 y se encuentra en este Museo en calidad de depósito. Mide 1,05 metros de ancho por 1,47 metros de alto.
Colección de diez grabados hechos por Juan Bernabé Palomino, sobre dibujos de Antonio González Ruiz, su yerno, a los que se ha añadido la portada que los contiene y que es un retrato de Fernando VI.
