El 1 de febrero de 1949, el Ayuntamiento de Corella acordó por unanimidad de sus miembros, obligarse a llevar y traer la imagen de la Virgen del Villar en andas y procesionalmente, todas cuantas veces haya de ser trasladada desde su Santuario a la Ciudad y desde esta a aquel, llevándola en hombros el Ayuntamiento, los Sacerdotes y Religiosos que la custodian.
Es en cumplimiento de este acuerdo por lo que habitualmente es portada por concejales del ayuntamiento corellano, quienes tienen ese honor, cediendo ese privilegio únicamente en ocasiones extraordinarias, como bien puede tratarse del acontecimiento de la Coronación.
Sin embargo, este derecho viene de hace cientos de años, y está motivado en que el Regimiento (Ayuntamiento) ha sido y es el único patrono, tanto de la antigua ermita como de la actual basílica, nombrando desde antaño a sus mayordomos, ermitaños, capellanes y sacristanes.