La fotografía recoge a varios miembros de la familia Jiménez-Arellano “Pochos” y “Bolas”. Tomás, Villar, y Tomasa, esta con su esposo Julián Catalán, saliendo del Hospital, en una visita a la Comunidad.
Manuel Jiménez Castillo, nacido en 1874 y casado con María Arellano Bienzobas, tuvieron diez hijos: Dolores, José, Tomasa, Julián, Carmen, Villar, María, Petra, Manuel y Tomás.
Carmen estaba casada con Jesús Fernández Aguilar “Sierra”; Tomasa con Julián Catalán, de la Imprenta Catalán y Villar regentaba un comercio de mercería en los bajos del domicilio familiar en calle Mayor número 6, donde convivía con su padre Manuel de familia de apodo “Pocho” y viudo desde 1940 de María Arellano.
Manuel y Tomás vivían en Madrid. También alguna hermana casada fijó su domicilio en Alfaro.
Jesús Fernández Aguilar “Sierra”, nacido hacia 1897, era hijo de Ricardo Fernández Jiménez y Martina Aguilar Satrústegui, de profesión industriales. Jesús, fue alcalde de Corella en 1935 y concejal varios años. Contrajo matrimonio con Carmen Jiménez Arellano y tuvieron cinco hijos, Ricardo, médico pediatra en Pamplona, que casó con Guadalupe Marcilla Poyales; Manuel, sacerdote; Mari que casó con Alfonso Sevilla Alduan, de Arnedo; Mercedes, y la más pequeña Teresa que casó con Mauricio Poyales, de la familia Poyales, de Corella.
Mi padre, Ángel Ochoa, fue hacedor de la casa Jiménez-Arellano hasta nuestro cambio de domicilio a Pamplona.
(Hacedor es persona que administra una hacienda, es decir persona de confianza. En este caso, además de ocuparse de la explotación de las fincas agrícolas del propietario, también realizaba otros cometidos y trabajaba en la explotación de sus propias fincas).