Las defensas, en las zonas en que existían, principalmente en las proximidades del puente y por motivos de seguridad, se venían a reparar, en función de los daños producidos por las riadas.
En el resto del cauce, los daños producidos por las avenidas de agua en tierras de cultivo, principalmente en los términos de Recuejas, Arena y Murillo, fueron durante bastantes años elevados, causando la eliminación de varias hectáreas de tierras de regadío, que pasaron a engrosar el cauce del río. Por este motivo, el cauce tiene una desproporción enorme respecto al necesario para su caudal habitual.
El 23 de Noviembre de 1689, hubo una gran riada. En la noche del 14 al 15 de Mayo del año 1846, se produjo otra relevante, con grandes daños en las proximidades del puente sobre el río Alhama, en la carretera de Madrid. Ya en años más próximos, en 1956, se produjeron dos “crecidas” de grandes proporciones, la primera en Semana Santa (celebrada en la primera semana de abril) y otra el 20 de junio. Se originaron daños cuantiosos en cultivos, las defensas naturales quedaron en un lamentable estado y propiciaron la concesión de ayudas de instancias provinciales y nacionales, planteándose muy en serio la acometida de la obras de defensa del cauce, cuyas obras se acometieron seguidamente, siendo reforzadas las defensa naturales y realizándose un dragado general del río.
Precisamente, el año 1956, el día de Viernes Santo no pudo desfilar la procesión por una intensa lluvia, trasladándose al Sábado Santo por la tarde, celebrándose con toda solemnidad.
Este aplazamiento fue excepcional. Lo habitual es que se celebre en Viernes Santo o se suspenda; teniendo presente que para obligar a los corellanos a la suspensión de su procesión, tienen que existir motivos muy serios.
A raíz de las fuertes inundaciones de los años 1956 y 1961, fundamentalmente, se acometieron las obras de construcción de defensas, mediante diques, motas o “paretones” que hacen las veces de camino, quedando prácticamente terminadas las obras en 1966, aunque la canalización total finalizó a comienzos del año 1970.
De la magnitud de esta gran riada de 1956, pueden servir de referencia las cifras de las tierras arrastradas por esta crecida que en Corella fueron de 120 robadas, que desaparecieron, quedando incorporadas a su cauce y fueron anegadas unas 920 robadas de tierras de regadío.
En Fitero se registraron unos daños con cifras similares y en Cintruénigo los daños fueron más reducidos (aproximadamente la mitad), en cuanto a Navarra se refiere; siendo también importantes los daños causados en la Provincia de Logroño (Actualmente Comunidad Autonómica de La Rioja), principalmente Cornago, Igea, Cervera del río Alhama y Alfaro.
En las poblaciones riojanas de Cornago e Igea los daños fueron causados por el río Linares, que se une con el Alhama cerca de los Baños de Fitero.
En Corella, fueron dañadas en mayor o menor medida las presas de Araciel, Burcemay, Ampol y Cañete, siendo varias prácticamente destruidas.
El río Alhama con las acequias de Abatores, Cañete, Burcemay, Tambarría, Araciel, Río Llano y Ampol, canalizan prácticamente, el agua de riego del término municipal de Corella.
