Se debate sobre la conveniencia de desplazarse a Pamplona, para gestión de la autorización de la Diputación, de los impuestos sobre el aguardiente y aceite al por menor, además de los de sobre la regaliz y el pan y el de las tabernas por patentes. Ante la dificultad del viaje a Pamplona, por entorpecimiento de las vías, se acuerda que por medio de propio, se remitiese a dicha Superioridad los expedientes, empleando toda clase de influencias para el buen éxito de la autorización, que en el expediente de la taberna por patentes, se fija en 6.000 reales de renta anual y en el del regaliz 5.000 reales para la postura. Se recibe un nuevo pedido de raciones para el Ejército y realizado el repartimiento entre los pueblos de la Merindad, a razón de 12 reales (3 pesetas) por alma, correspondía abonar a esta Ciudad, en metálico 65.712 reales, en trigo 1.317 robos, 10 y 2 quintos almudes, a entregar en un plazo no mayor de 8 días. Ante la gravedad de la situación se acuerda citar ese mismo día a los mayores contribuyentes con objeto de informarles de la referida comunicación. Se da cuenta de nota presentada por Martín Sanz, sobre venta de 2 bastes y cinchas de los acémilas en 84 reales, 2 albardas por 48 reales y 5 sogas por 30 reales, importando todo 162 reales, quedando todavía en su poder 2 albardas con cinchas. Las 2 talegas que tenía anteriormente se las entrega al Alguacil Benito Díaz y que los 162 reales se entregan en Depositaría.
