Se hizo presente que desde hace bastante tiempo los relojes de las iglesias Parroquiales, rigen muy desiguales y ninguno corresponde en aquellas horas más críticas, para los actos religiosos como de trabajo, que origina trastornos y también perjuicios. Parece que el problema no es de mantenimiento sino de la persona encargada de darles cuerda. El Ayuntamiento queda convencido de que ambas funciones deben realizarse por la misma persona y teniendo presente que a uno se le abonan 280 reales y 100 al otro, anualmente, se contrata con Antonio Nieba, el mantenimiento completo de los relojes de las dos Parroquias por 10 años, debiendo ser correcto su funcionamiento.
1846-09-30 – (Relojes de las Iglesias Parroquiales).