Entre otros asuntos, se acordó prohibir a las panaderas aventureras, que amasen ni venda pan, hasta nueva autorización y sólo amasen las panaderas obligadas, con trigo del Vínculo y lo lleven a vender a las casas de Antonio Solórzano y Pedro Arellano y Estañán, a quienes las panaderas pagarán lo acostumbrado.