Entre otros asuntos, se nombró, para la custodia de la Dula a Manuel Melero, vecino de esta Ciudad, por el tiempo que fuera la voluntad de su Señoría y con la condición de que no había de desamparar el ganado en ningún tiempo del año, fiándolo a mujeres, ni muchachos, pues de lo contrario se le depondrá del empleo. Se removió del empleo de Dulera a María Bardají, por justos motivos, que para ello tenía su Señoría, y nombró al citado Melero, al que se le indicó que debe guardar las mugas que confinan con el Reino de Castilla, y que proceda a la guarda de dicho ganado, según la costumbre. (Se denomina Dula, a cada una de las porciones de terreno comunal, donde por turno pacen los ganados de los vecinos de una población. Todavía en los años 1950s, existía la figura del Dulero, pastor que, mediante abono de una cantidad, llevaba a pastar a las cabras particulares de los vecinos).
