En la Ciudad de Corella y en sala de su Consistorio, a diez y siete días de el mes de Diciembre de el año mil y setecientos, los señores D. Antonio de Luna y Argaiz, D, Juan de Aibar y Navarro, D. Joseph Morales y Asiain, D. Pedro Virto de Lezama, D. Francisco Arcaya, Mathías García y Pardo y Juan de Alduán y Sesma, Alcalde y Regidores de esta Ciudad, dijeron que, por cuanto la Reina nuestra Señora y señores Gobernadores de los Reinos de España, por fin y muerte del Rey D. Carlos II (que de Dios goza), fueron servidos de mandar por su carta de 23 de noviembre de dicho año, que respecto de haber nombrado por su sucesor legítimo el dicho Rey Carlos, en todos los Reinos y señoríos de la Corona de España a el Duque de Anjou, hijo segundo del Delfín de Francia, por tocarle legítimamente la corona, se aclamase por Rey de Castilla y de Navarra con el nombre de Felipe V del dicho Reino de Castilla y VII de este de Navarra, y se levantase pendón en su real nombre, en los puestos acostumbrados en esta Ciudad, su Señoría, en cumplimiento de la dicha Real Orden del día 12 de este presente mes, determinó hacer la dicha aclamación y levantamiento de pendón. (Nadie podía pensar que ese Rey al que estaban aclamando simbólicamente, Felipe V, volverían a poder aclamarlo en persona, cuando el 14 de junio de 1711, vino a esta Ciudad, acompañado de su familia y la Corte, alojándose en la Casa de las Cadenas y que de nuevo, en 1719, regresaría a Corella, volviendo a alojarse en esta misma casa).
1700-12-17 – (Auto del levantamiento del pendón real, aclamando al Rey Felipe V de Castilla y VII de Navarra).
