Una vez extraído el primer mosto, se prensaban los restos de las uvas para la obtención de la totalidad del mosto. Para ello se utilizaban las prensas manuales que como se observa, se ejercía la fuerza sobre un brazo metálico del que, en movimientos de un cuarto a medio giro, varios hombres conseguían que el cabezal de la unidad de prensado fuese descendiendo, comprimiendo los restos vegetales.
El cabezal de prensado tenía un dispositivo sonoro, caía un pasador, que indicaba el tope a partir del cual se podía iniciar la fuerza en sentido contrario y así se funcionaba en movimientos repetitivos. El prensado, según se avanzaba, exigía ejercer más fuerza sobre el brazo, requiriendo la participación de más personal.
