El granero dependía del Servicio Nacional del Trigo, organismo correspondiente al Ministerio de Agricultura.
Su misión era la de regular la producción del trigo, facilitar y seleccionar simiente adecuada a los agricultores, de variedades apropiadas a las distintas zonas de España, para su siembra. Estos debían retornar la misma cantidad recibida, una vez realizada la recolección.
Se trataba de un servicio de apoyo para los agricultores españoles.
