Este retablo, todavía sin dorar, está en la que fue capilla de los Peralta. Es una bella pieza del barroco del siglo XVII, fechable entre 1672 y 1685, siendo D. Diego de Peralta-Beaumont y Frías el patrono de la capilla.
En el testamento de hermandad de D. Diego y su esposa Úrsula de Vera y Medrado, en 1686, piden ser enterrados en esta capilla que tienen bajo la invocación de Ntra. Sra. de la Piedad, San Gregorio y el Santo Rey D. Fernando (el papa San Gregorio figura a la derecha de la Virgen y el rey San Fernando a su izquierda).
El retablo está como quedó a la muerte de su fundador (año 1700), salvo que al ser vendida la capilla, puso D. Agustín de Sesma el escudo policromado de sus armas y de su mujer (Sesma y Sierra; Escudero y Ruiz de Murillo), sobre el escudo de D. Diego de Peralta o tal vez sobre el que, en sustitución de éste, pondrían sus sobrinos los marqueses de Santacara.
Desde el punto de vista arquitectónico, el retablo está muy bien trazado y el remate heráldico, que forma su cuerpo ático, admirablemente resuelto. A juicio del Sr. Arrese, es el más original y elegante de todos los pequeños retablos de la iglesia. La talla está bien realizada y el bajorrelieve principal, sin ser una obra de arte excepcional, demuestra la mano de un escultor meritorio, en cuyo estilo se observa todavía una lejana influencia renacentista.
