Ya que esta plaza ha sido un núcleo importantísimo en los sucesos y vida de los corellanos, intentaré recordar los vecinos de esta plaza en los años 1962/65:
De izquierda a derecha: Casa nº 1: Constancio Gutiérrez “Aldeano”, que descendía de Aldea Nueva de Ebro (La Rioja); Comercio de tejidos de Benito Gómez Catalán “El Pasiego”; tienda de ultramarinos de Juan Ruiz “Patri”; nº 2: Casa y Farmacia Poyales; nº 3: tienda-estanco Araceli Díaz “Pregonera”; vivienda Sres. Olloqui “Centinela”. Julián Olloqui ha sido un personaje típico de nuestra tierra y de aquella época, gracioso, dicharachero, ocurrente y buen cazador, impulsor y componente de los distintos grupos de rondallas corellanas (continua la saga su nieto Manolo Olloqui, al frente de la “Rondalla Centinela”); nº 4: casa de Faustino Alfaro González “Charrín”, ganadero; nº 5: vivienda y bajera Vicente Barenas “Cuendas”, aficionado taurino, con su negocio de hojalatero y cerrador de botes de conserva. Sobre la casa nº 7 y la nº 1 de la calle Mayor propiedad de Santiago Ayensa Marcilla “El Lebero”, se construyó el Bar “España”; Santiago regentaba dicho bar, ayudado por una hermana y una sobrina. X. García “Sandrini” era camarero del Bar y como personal de cocina estaban las hermanas Bienzobas “Calamochas”. Número 8: Casa de los Virto de Vera, en la entreplanta derecha vivienda de los “Tapia y Chirinos”, en el primer piso se encontraba el Juzgado Comarcal y Registro Civil, el Casino con su terraza, entre el primer piso y el segundo existía otro piso donde vivía el conserje del casino, le segunda planta estaba ocupada por Agustín Fernández Virto (descendiente de los propietarios del edificio) y en el piso tercero vivía la familia Navarro “Marujo”; nº 9: casa de Romano “Malasmedias”; nº 10: en los bajos, oficinas de Mancomunidad de Aguas del Moncayo, primer piso Sres. de Benito y segundo piso Sres. de Cameo (En este edificio tenía ubicada la consulta el médico Aurelio Benito.
El número 11 ha sido la casa parroquial, donde residía el Párroco de la Parroquia del Rosario.
Los sacerdotes adscritos a la Parroquia del Rosario vivían en la casa de la calle Emilio Malumbres número 8, que tenía acceso por la Plaza de los Fueros (puerta del actual bar), desarrollando en esta casa actividades parroquiales.
Los sacerdotes de la parroquia de San Miguel, vivían en calle Mayor número 44, frente a la calle La Cruz.
La sede de la Mancomunidad de Aguas del Moncayo, desde el año 1998, está ubicada en el número 1 de la Plaza de los Fueros, edificio adquirido en su totalidad por compra.
Jaime Olloqui, en relación con el apodo de su abuelo “Centinela”, nos contó que en una representación de cierta obra teatral, su abuelo Julián, interpretó el papel de un centinela que custodiaba un recinto. Uno de los protagonistas realizaba la llamada ¡Centinela!, a lo que Julián tenía que responder y así lo hizo ¡Alerta está!; por esta corta intervención artística, fue por lo que a Julián se apodó Centinela, heredándolo sus descendientes.
Así se relata también, en los temas de cultura popular editados por el Gobierno de Navarra, folleto número 217 “Paloteados de la Ribera”, de José Mª Jimeno Jurío.
