Máquina utilizada para reparar y consolidar las defensas del río. En la fotografía, van montados empleados de la fábrica de alcoholes “Los Morenos”, entre los que están Ángel y Juan Cruz Cueva “Pangón”, padre e hijo.
La maquinaria creo que era cedida por el Ministerio de Obras Públicas.
Para situarse en los efectos de una riada en Corella, en los años 1950s, recuerdo que una finca familiar en el término la “Recueja” de tres robadas de superficie (2.700 m2 aproximadamente), desapareció en una tarde. Por la mañana estaba todo normal, a mediodía se desencadenó una tormenta, mi padre fue a la tarde y ya no estaba la finca, desapareciendo dos grandes nogales que teníamos. El río la había incorporado a su cauce y desde luego no fue la única finca, sino que desaparecieron varias esa misma tarde. Las aguas buscaban el camino recto arrastrando los obstáculos que se lo impedían.
Otra de las riadas, significativas por los daños causados, fue la que arrasó la fábrica de jabón “Grillo”, propiedad de Gervasio Alfaro, de Fitero, que dejó muchísimos restos de jabón en su cauce y en las fincas situadas a las orillas del río Alhama.
Retrocediendo unos cientos de años, ya en 1.650, además de las acontecidas de los años 1689 y 1846, tenemos noticias de los continuos destrozos y las consiguientes reparaciones de los daños causados por las grandes avenidas de agua en el río Alhama, teniendo que realizar reparaciones continuas en la puente sobre dicho río en la carretera a Tudela, hasta que años más tarde dicha puente se fue transformando en un puente más consolidado, conforme se avanzaba en las formas de construcción, tanto en materiales como en diseño.
Del mismo modo, en aquellos años, eran continuos los daños producidos en las distintas presas de los ríos de riego, particularmente las de los ríos de Cañete y de Ampol, donde en varias ocasiones fue necesaria la compra de tierras en término de Cintruénigo o en los términos correspondientes, para construir nuevas presas, modificando las existentes, ya que resultaban muy dañadas, resultando imposible la toma de agua y reconducirla hasta los distintos términos de Corella, para su riego.
Hay que tener presente que, en aquellos años, las nevadas, según está documentado, eran grandes y abundantes y los recursos y medios de que disponían eran muy artesanales, utilizando principalmente estacas de madera y materiales similares, hasta la utilización posterior, para estos fines, de la piedra y del hormigón.
