Entre otros asuntos, en atención al excesivo número de velas que hasta la fecha se colocan en el retablo mayor de la iglesia parroquial de San Miguel, en ciertas funciones, muy perjudicial a dicho retablo, especialmente ahora que está recién dorado, y que dichas velas incluso algunas de poca consistencia que se inclinan con facilidad y que se consumen antes de finalizar la función, por el peligro que pueden suponer a dicho retablo, se acordó que de aquí en adelante el número de velas a colocar en los retablos mayores, tanto de la iglesia de San Miguel como de Ntra. Sra. del Rosario, no sean más de 40 velas y que sean cuando menos de media libra, colocándose en el cuerpo de en medio, con el orden correspondiente, a excepción de las que haya de haber en las arañas de San Miguel y ciriales de plata de ambas parroquias, que deberán ser de otra proporción. Para distinción de las festividades titulares, se acompañarán 4 cirios distribuidos en el Presbiterio, en sus respectivos blandones, además de las velas que son de costumbre, y expensas de la primicia para las andas de ambos titulares; como también que las 6 velas de la mesa del altar y las 4 del trono del respectivo titular, deberán ser de 1 libra, si no excediese del gasto permitido por el Real Consejo, y que se pase recado al Depositario, al Administrador de la Primicia, a los respectivos sacristanes y que al presidente del M. I. Cabildo Eclesiástico, se le pase recado por el escribano del Ayuntamiento, para que con su cooperación se logre la conservación de la hermosura de dichos retablos y la más decorosa ostentación de las festividades.
1792-02-16 – (Sobre velas a colocar en retablos mayores de San Miguel y del Rosario).
