Entre otros asuntos, se acordó que, ninguna persona pueda traer espiga en manta, saco, talega, ni en otra forma y sólo en manojo descubierto, y que la espiga sea segada, y no arrancada, es decir la que se dejan los segadores, pena de 8 reales y la espiga perdida, y que se haga saber por bando público, para que nadie pretenda ignorancia.
