Entre otros asuntos se acordó traer en procesión a la Virgen del Villar a la iglesia de San Miguel, por ser a la que corresponde, a celebrar una novena por la gran necesidad que hay de agua. Que se llame a los molineros para que, en secreto, manifiesten todo el trigo que en cada aguada molieron y cocieron las panaderas obligadas, para que se despache el trigo al Vínculo y se castiguen los excesos que puedan acaecer, castigando a cuantos resultaren culpados. Y que el administrador ponga todo el cuidado posible para que las panaderas obligadas no amasen otro pan que el que procediere del trigo del Vínculo.
